Hay ropas por todas partes,
cubriendo el piso, las paredes; ropa colgada. Para llegar a sus asientos, los
espectadores deben caminar sobre un tendal
de ropas usadas. Un cuadrilátero tapizado de ropas que conservan gestos
de cuerpos ausentes. Estallidos de color, texturas como pinceladas densas,
irregulares. Un juego de intensidades compone este espacio abstracto que asalta
sensorialmente a los desprevenidos espectadores. Superficies que albergan una interioridad
sin nombre.
“Cuando empecé a escribir Pueden dejar lo que quieran -sostiene Rubio- comencé a pensar en la acumulación de ropa y
a pensar en un espacio. En la ropa también como un símbolo contenedor y, a
partir de esa idea, la posibilidad de construir un espacio, un edificio, una
arquitectura que fuera el lugar donde la obra sucediera, donde el espectador
anduviera y donde los actores se movieran”. Un universo de telas y color que
dicen sin decir.
Rubio construye un espacio abstracto que
dialoga con las formas intrínsecas del relato. “Los espacios que yo construyo en mi imaginación - afirma el teatrista-
son concretos pero totalmente abstractos a la vez”. Un espacio que, tiene
que tener -enfatiza- un correlato con la historia, con la palabra en niveles de
complejidad estructural. Pero no cualquier palabra. Rubio interviene sobre la
palabra y pondera el silencio como
elementos nucleares de su universo
poético.[1]
La pintura de Mark Rothko es una metafísica
de la abstracción. Con sus espacios extensos y bloques de color, vibrantes, me remite de
algún modo el espacio creado por nuestro
dramaturgo.
Formas simples, rojas, naranjas, dramáticas
en su contundencia. Rectángulos que, lejos de mantener su autonomía, expanden
sus límites. Difusos, contaminan el fondo. Un espacio potente. Misterioso. Que
conecta a los espectadores con lo humano, individual y colectivo.
El relato propio entre relatos otros de formas indefinidas, que Rubio
plantea en su teatro, evocan el arte de Rothko. Esas figuras geométricas,
silenciosas, humanas en su imperfección, que alimentan y son alimentadas por el
fondo común donde parecen fundirse.